"An té nach bhfuil láidir ní foláir dhó bheith glic"


Céad míle fáilte!


martes, 27 de marzo de 2012

Colaboración de Diarmuid Breatnach

Pongo a continuación una colaboración de Diarmuid Breatnach que a modo de conversación refleja su postura acerca de las hipotéticas actuaciones de algunos frente a un posible Proceso de paz:

Cómo manejar el proceso
Diarmuid Breatnach

Una persona con experiencia en las exigencias políticas y de sindicatos, además en negociaciones, conseja a un militante de la dirigencia de una organización de resistencia, como entrar en un proceso de paz, llevando a la gente con ello.

¡Ya, ya! Te entiendo perfectamente. Quieres convencer a tu pueblo y a los militantes de tu organización, de que el cambio que tú propones es en dirección correcta.

Sí, sí, por supuesto que van a ser los que no están de acuerdo… Los que no lo ven a tu manera – no son tan listos, tienen vista a corto plazo… Claro, claro que pueden hacer daño al proceso que propones. Pues, mira – te voy a aconsejar como tratar con ellos y al mismo tiempo con todo tu pueblo y tu organización.

Primero, piensa si éste es el momento para hacer la propuesta o si se debe esperar un poco. Puedes probar con algo menor, para ver. Analiza si la gente esta cansada de pelear. Ver si sufren por sus familiares encarcelados. Bueno, bueno, pues tal vez entonces ahora sea el momento.

Segundo, consulta ampliamente. Propón los primeros pasos de la ruta nueva, pero no todo a la vez. Es que si les cuentas todo, les vas a dar un susto y quizás lo van a rechazar. Hay que ir paso a paso, poco a poco. Y además, no digas exactamente lo mismo a todos. A los militantes, les dices que algo del nuevo camino es una trampa, para engañar al enemigo. Y al pueblo, abiertamente, les dices que vas por este camino para acumular fuerzas, hacer nuevas alianzas, etc.

¿Qué? Claro que algunos de los militantes van a contar lo que les has dicho a ellos a algunos del pueblo. ¡Claro que sí! Pero eso también te hace bien. Pues lo van susurrando, como parte de una gran conspiración y trampa, y a los maridos, esposas, familiares y amigos de los militantes, les parece bien. Son parte de una gran trampa y el enemigo no lo sabe. ¡Qué bien!

Y a los nuevos aliados, les propones tu camino nuevo, haciéndoles entender las dificultades que tienes a la hora de convencer al pueblo y a los militantes. Tus aliados también entienden tu tarea, no creas que no. Pero cuando presionen demasiado, resiste. De esa manera apareces como buen líder, como uno fuerte, a tu pueblo y a tus militantes. Y si después de resistir todavía te presionan, pues entonces rinde algo. Y les explicas a tu pueblo y a tus militantes que no tenías más remedio, y que rendiste por los objetivos finales.

Tranquilizas a tu gente y al mismo tiempo les demuestras a tus nuevos aliados de que eres capaz de tratar a su manera, de hacer concesiones, y van tomando confianza en ti. Ganas en los dos lugares… ¡Si lo juegas con cuidado, no puedes perder!

Bueno, supongamos que en la consulta, se habrán puesto de manifiesto algunas inquietudes, quejas, etc. ¿Hay que tomarlo todo en cuenta, eh? No sólo es necesario mostrar que les haces caso a todos, si no que te enterarás de su oposición, la mides… ¿Cuál va a ser tu oposición? ¿Cuáles son los individuos? ¿Tienen respaldo? ¿Tienen autoridad, respeto, carisma? Haz un análisis. Hay que diferenciar también entre los que están fundamentalmente opuestos a tus propuestas y los que se le puede reclutar, a través de un cambio personal.

Según como les valores, se les trata. Habrá algunos a los que se les puede convencer con el cuento de la trampa al enemigo y otros con el cuento de que hay que traer la masa entera con uno, y que hay que engañarles un poco… Habrá otros a los que será necesario ofrecerles algo personalmente – quizás que suben algo en importancia en la organización, o que les den tareas que les pesan menos, o que son de menos peligro, o trabajo con pago cuando en este momento no lo tienen…

Pero sí es verdad que llega al paso cuando ya se han hecho todas las promesas, todos los tratos que se puedan hacer, pero siguen algunos oponiéndose a tu nuevo camino. Pues ahora hay que tratarles un poco más duramente. Ahora les aplicas a esos el aislamiento. Susurras en las orejas de gente que estos están descontentos, que ponen en peligro los avances que vais haciendo, que lo hacen por celos, por orgullo, por envidia, por tener vista a corto plazo, por ser doctrinarios inflexibles, utópicos, etc., etc. Y que no solamente son así si no que hay también que sospechar de sus amigos y familiares, de los que andan con ellos, los que les hablan.

A los que siguen en contacto con los de la oposición, les avisas que sabes que ellos y ellas no son disidentes, pero que otros van a creer que sí lo son. Por amistad, les dices que no quieres que sean aislados, que se sospeche de ellos, etc. y que sería mejor para ellos si se distanciasen.

Denominas a los que te oponen “disidentes”, “militaristas”, y si continúan, hasta “traidores”, y aún “agentes del enemigo” o dices que son gente que hacen el trabajo del enemigo sin saber que lo hacen.

Y les aplicas la censura. No permites sus documentos en los locales donde tienes autoridad. O los aceptáis y los ponéis en la basura o debajo del mostrador. No les publicas sus artículos ni sus cartas en vuestro periódico. Y es que los medios de la burguesía y la pequeña-burguesía también les atacarán y, en ausencia de tus medios en donde responder, tendrán recurso solamente a sus limitados órganos mismos de comunicación.

¿Y si eso no basta? ¿Si siguen y tienen un respaldo? Pues deja que las fuerzas del estado se les lleven. El Estado, con sus departamentos de información política, sabe los que son. También quiere eliminarles.

¿Pero si todo eso no vale, si siguen y aún aumentando? ¿Qué me preguntas? ¿Si se les debe matar? Eso se lo dejas al Estado. Pues además del peligro de hacerles mártires, y por cada uno que se elimina vengan dos o tres a ocupar su lugar, el pueblo no aguantará que lo hagas tú; se pondrán contra ti, y además del proceso que propones.

El ensuciar sus nombres, el aislamiento y la censura, todo eso, si hecho bien, debe de bastar. Bueno, se acabó la sesión de consejo. ¡Que te vaya bien!

1 comentario:

Diarmuid Breatnach dijo...

Aúnque este sea una conversación hipotética, la realidad es que todos estas medidas ha sido aplicadas dentro del movimiento republicano por el Sinn Féin. Aún que no sepa tan bien lo que ha ocurrido en Palestina con Al Fatah y en Sud Africa con la ANC, según entiendo también lo han aplicado ahi y incluso el encarcelamiento (ANC)y asesinato (Al Fatah)a su oposición interna.