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lunes, 16 de enero de 2017

¿Sabías que...? La brigada irlandesa del ejército alemán (1915-18)

La brigada irlandesa del ejército alemán (1915-18)

Los alemanes en la 1º Guerra Mundial, y siempre con objeto de debilitar al enemigo, prestaron atención a todo cuanto pudiera socavar su imagen o moral de lucha., entre uno de sus muchos intentos por debilitar a las Potencias Aliadas, fue la creación de una brigada de irlandeses para luchar contra el ejército británico.

Para ello contaron con los oficios de un irlandés establecido en el exilio, (concretamente en EEUU) se llamaba Roger David Casement, había sido un diplomático británico que trabajó en las colonias británicas en África, pero nacido en Irlanda, concretamente en la localidad de Sandycove, cerca de Dublín.

Casement ingresó en el cuerpo de los “Voluntarios Irlandeses”, asociación de carácter paramilitar que aspiraba a una Irlanda libre del yugo inglés. En lulio de 1914, antes del estallido de la guerra, Casement llega a Nueva York para establecer contactos con las formaciones independentistas irlandesas en los EEUU.

Concretamente estableció contactos con los nacionalistas exiliados del irlandés “Clan na Gael”., sin embargo, la no pertenencia de Casement a la Hermandad Republicana Irlandesa, (los “Irish Republican Brotherhood” o I.R.B), junto con su moderación en diversos puntos de la independencia de Irlanda, le hacía parecer una persona de escasa confianza a muchos miembros de la hermandad Republicana.

Casement vio que estaba perdiendo el tiempo en los EEUU, así que optó por cambiar de aires radicalmente. El estallido de la 1º Guerra Mundial hizo que Casement viera una gran oportunidad para ver realizado su sueño de una Irlanda libre de la ocupación británica.

Casement se veía investido por un aura moral, (¿quizá por su pasado diplomático en las colonias inglesas?) el caso es que este personaje embarcó en octubre de 1914 rumbo a Alemania, con el objeto de recabar apoyos para la independencia de Irlanda.

Los desconfiados miembros del “Clan na Gael”, fueron los que patrocinaron el viaje de Casement al país germano junto con otros irlandeses. El objetivo de Casement de ganarse a las autoridades alemanas fue visto al principio con cierta desconfianza, pero no obstante, la idea de utilizarle para sus fines quizá no era una idea desechable.

El objetivo inicial por el que trabajó Casement con ahínco durante mucho tiempo, fue la creación de una brigada compuesta por voluntarios irlandeses, los cuales serían entrenados para luchar contra las fuerzas británicas.

La tropa sería reclutada inicialmente entre los prisioneros de guerra irlandeses que militaban en las fuerzas del Imperio Británico. Los campos de prisioneros de guerra aliados establecidos por toda Alemania, fueron el objeto de visita por parte de Casement.

Esta era la fuente inicial de reclutamiento, la más fácil quizá, ya que era literalmente imposible que tal reclutamiento se pudiera realizar de manera clandestina en la misma Irlanda, ya que la guerra establecía una vigilancia y una estrecha colaboración entre amigos y aliados y contactos, la cual escapaba de las manos de Casement y los alemanes.

Durante sus movimientos en Alemania, Casement fue ayudado por el capitán Hans Boehm, (miembro de los servicios de inteligencia alemanes) el cual fue asignado oficialmente por el Alto Mando alemán para que mientras estuviera en el país, le ayudara en todo lo que precisase.

La ayuda fue muy útil, ya que Casement no hablaba alemán, Boehm además colaboró encantado, ya que estuvo casado con una mujer estadounidense y tenía varios amigos irlandeses.

Ayudó a Casement significativamente hasta que fue enviado en una misión, posiblemente, a los EE.UU., en septiembre de 1915. Allí fue detenido en aguas británicas de Falmouth en 1917 e internado en un campo de prisioneros.

En el terreno diplomático Casement se desenvolvía con más acierto, hasta el punto de que el 27 de diciembre de 1914, firmó  un acuerdo en la ciudad de Berlín con el secretario de Estado alemán Arthur Zimmermann, en el Ministerio de asuntos Exteriores germano.

Los intentos por parte de Casement para que los alemanes enviaran fuerzas para un levantamiento de Irlanda, se toparon con una rotunda negativa de Alemania, ya que las autoridades veían que mandar fuerzas germanas al país, entrañaba más peligros que beneficios.

Casement también planeaba que Alemania suministrara armamento a las fuerzas rebeldes., para ello contactó con una serie de oficiales alemanes con el beneplácito del Alto Mando alemán.

Las negociaciones fueron duras, ya que los militares alemanes eran más que escépticos sobre el proyecto. A pesar de que no obtuvo todo el armamento que precisaba, Casement sí obtuvo del ejército alemán: 20.000 fusiles, (Casement pretendía 200.000) 10 ametralladoras y varios millones de cartuchos para el armamento.

A pesar de las reticencias del Alto Mando alemán, era atractiva para ellos la idea de una rebelión duradera en Irlanda, la cual seguramente distraería tropas británicas del frente Occidental, con lo que la idea de Casament no debía ser desatendida.

Esto frustró bastante a Casament, ya que veía que para el mando alemán, el proyecto principal era distraer tropas británicas fuera del frente Occidental, y que la verdadera causa importante, la independencia de Irlanda, era algo secundario sin mucho valor.

Los esfuerzos de Casement se basaron en acudir a la localidad alemana de  Limburg un der Lahn, en el estado alemán de Hesse, y donde posiblemente estuvo la base de la brigada.

Allí había muchos prisioneros irlandeses del ejército británico, los cuales fueron internados allí hasta el final de la guerra. En una primera etapa, fueron visitados por el Casement, en una tentativa de ganar a reclutas para la próxima rebelión irlandesa.

Casement expone a los entrevistados la posibilidad de formar una brigada de irlandeses, financiada y equipada por el ejército alemán, para luchar contra las fuerzas británicas en Occidente.

A la par Casement, no olvida el componente político de la visita, en la cual expone las propuestas de la Hermandad Republicana Irlandesa (I.R.B) para los prisioneros que se unieran a su causa.

A pesar de las dotes diplomáticas de Casement, la campaña fue un fracaso, ya que solamente de los 2.200 prisioneros irlandeses de Limburg, solamente 56 voluntarios se unieron a la brigada irlandesa.

La campaña de Reclutamiento de Casement se detuvo, cuando los 55 reclutas enganchados fueron trasladados al campo de prisioneros aliados de Zossen (Brandemburgo) en julio de 1915., meses después, otro recluta más (el último), completó la brigada en el invierno de 1915.

Quizá uno de los fallos fue que Casement, no era un líder carismático en las filas de los independentistas irlandeses, con lo que su capacidad para poder arrastras a las masas se veía solapada.

También hay que contar que los irlandeses que se alistaban en el ejército británico lo hacían de manera voluntaria., con lo que en sus filas, hubiera probablemente pocos partidarios de la independencia de Irlanda, o activistas que militaran en alguna rama política independentista irlandesa.

Una brigada de infantería solía constar por término medio de unos 3.000 miembros aproximadamente, con lo que los resultados fueron para Casement bastante decepcionantes., al final, el proyecto se tuvo que abandonar tras gastar mucho tiempo y dinero.

Pero en sus comienzos, Casement a pesar del fracaso, no se dio por rendido., los escasos voluntarios fueron equipados y pertrechados por el mando alemán.  La brigada recibió entrenamiento en ametralladoras y fueron asignados oficiales alemanes.

La unidad, se adjuntó al regimiento de Brandeburgo 203º, y fue dividida en dos compañías, que comprendían el 10º cuerpo de ametralladoras. No se olvidó la uniformidad para los soldados., si bien no fueron uniformados con el uniforme alemán, sino que se confeccionó un uniforme especial para la Brigada irlandesa de color verde.

No obstante conviene comentar las vicisitudes de la brigada irlandesa paso a paso, ya que si bien no resultó muy gloriosa, es interesante saber de su existencia cronológicamente hablando.

Así tenemos la referencia de la llegada el 7 de junio de 1915 de 50 voluntarios irlandeses al campo de prisioneros de Zossen, a los cuales se les unen cinco más tres días después.

La estancia inicial de los reclutas irlandeses generó protestas entre estos, ya que fueron alojados inicialmente en un sector del campo de prisioneros llamado “Halbmondlager”, en el cual estaban alojados prisioneros de origen musulmán y reclutas coloniales de Francia y el Reino Unido.

Por lo visto, el mal olor provocado por el sudor que desprendían los prisioneros de origen árabe, era muy fuerte según los irlandeses, lo cual hacía la estancia en dicha zona poco grata a estos últimos.

Los meses de julio y agosto de 1915 son de eterno aburrimiento para los irlandeses, éstos todavía no habían recibido los nuevos uniformes prometidos, amén de que la ociosidad de la que disfrutan, pasa su factura, con actos de indisciplina y problemas de bebida entre sus componentes.

En septiembre la brigada irlandesa, ya había sido trasladada de la zona de prisioneros musulmanes a otro cuartel, donde se decía que estaban bien alojados y con comida decente., si bien es cierto que hubo que reforzar la disciplina interna, ya que la estancia en el campo con los musulmanes, les volvió bastante apáticos y rebeldes.

Casement visitó el cuartel de los irlandeses ese mismo mes de septiembre, los uniformes ya habían llegado a los componentes de la brigada, si bien es cierto que los soldados no disponían de armas.

Éstos realizaban marchas cortas para reforzar el entrenamiento y la disciplina, pero no era suficiente para mantener a los hombres ocupados el tiempo debido, y esto era suplido con la bebida, lo cual no ayudaba a elevar la moral de la brigada.

El cuartel de los irlandeses parecía no tener quejas para sus ocupantes, era amplio y espacioso, buen iluminación y bien equipado, muy similar al que disponían las tropas alemanas., era de 50 m. de largo por 25m. de ancho.

No obstante, lo que desagradaba sobremanera a los irlandeses, era que el cuartel estaba rodeado por alambre de púas, amén de que cinco soldados alemanes armados montaban guardia permanentemente fuera del cuartel.

Esto minaba la confianza de los irlandeses, ya que se sentían prisioneros de guerra, y no soldados aliados al ejército alemán. A los irlandeses no les quedaba más remedio que rumiar sus penas, ocupando el abundante tiempo ocioso del que disponían, el cual como dije, era paliado en parte gracias a que la comida que tenían era decente y el alojamiento similar.

El ejercicio entre los irlandeses fue una ocupación fundamental, ya que si no, la degradación podía hacer mella entre la tropa. Los suboficiales de la brigada se preocuparon de que ejercicio y marchas periódicas no faltaran entre los soldados de la brigada.

La vida cotidiana de guarnición en un cuartel se instala entre los componentes de la brigada, con sus alegrías y sin sabores, típicos de un cuartel normal y corriente. Solo de vez en cuando surge algún suceso que rompe la monotonía diaria.

El 1 de diciembre son visitados por Casement, el cual no tiene noticias alentadoras., la invasión de las islas Británicas para la cual tenían pensado en intervenir, es bastante probable que no se realice., les propone por el contrario, servir en el ejército turco para una invasión al Egipto británico, donde podrán enfrentase a las tropas británicas.

Les pide que reflexionen y piensen en su propuesta, ya que será la mejor manera de que sean útiles y que se sacudan de encima la aburrida vida de guarnición a la que están destinados.

La propuesta cala inmediatamente entre la tropa y rápidamente 30 irlandeses se presentan voluntarios., por lo que Casement, piensa que el resto de la brigada no tardará en secundar al resto de los primeros voluntarios.

Al día siguiente los irlandeses reciben rifles, con lo que la confianza aumente entre la tropa irlandesa. No obstante, el día 3 de diciembre parece que las cosas se tuercen., ocho irlandeses se habían sumado a los 30 voluntarios iniciales, con lo que 38 irlandeses parecían deseosos de ser destinados a Egipto con los turcos, pero esto no agradó a los alemanes, ya que consideraban que todos tenían que haberse presentado voluntarios sin excepción.

Los alemanes consideran seriamente volver a tratar a los irlandeses de la brigada como prisioneros aliados normales y no como voluntarios aliados a los alemanes. Esto llegó a oídos de los irlandeses, lo cual hizo que la moral decayera bastante, de hecho, 24 irlandeses se desenganchan de su intención de partir a Egipto con los turcos.

El asunto de Egipto se abandonó, y de momento, las represalias alemanas no se cumplieron. El mes de diciembre pasa con las tribulaciones típicas de cuartel, marchas y desfiles periódicos junto con inspecciones del cuartel., el 11 de diciembre es día de paga, con el consiguiente trasiego de cerveza al que son tan aficionados los irlandeses.

Las botas alemanas provocan incomodidades a los irlandeses, ya que son poco aptas para sus pies, según ellos. De vez en cuando se celebra algún partido de fútbol, como el celebrado el 5 de diciembre contra alemanes, a los que vencen los irlandeses por 4 a 1.

Los irlandeses asisten a clases periódicas de alemán, las cuales realiza el intérprete alemán de la brigada irlandesa., algunos de los irlandeses apuntan maneras en su aprendizaje.

El 14 de diciembre hay inspección de armas, algo que nunca había ocurrido en el cuartel, la cual discurre sin contratiempos. Pero los alemanes no olvidan lo de Egipto y el 22 de diciembre se retira las armas a los irlandeses con gran descontento entre sus componentes.

Robert Monteith era el oficial al mando de la brigada irlandesa, el cual tuvo que desempeñar una ardua labor con las autoridades alemanas, siempre al objeto de satisfacer todos los elementos que requerían los voluntarios de la brigada, como acuartelamiento, equipamiento, abastecimientos y el largo etcétera de problemas y necesidades que un cuartel de soldados requería.

Las almas de los soldados católicos de la brigada no están exentas de ser atendidas, por lo que Monteith realizó el 23 de diciembre, una petición al sacerdote del pequeño pueblo alemán de Zossen, (nombre igual al campo de prisioneros) para que se trajera de Berlín un cura que hablara inglés y pudiera oír en confesión antes de Navidad a los irlandeses que lo desearan.

El 24 de diciembre reinaba un espíritu festivo entre los componentes de la brigada irlandesa, pero el oficial al mando de la misma adoptó precauciones en el cuartel, poniendo un piquete de vigilancia a la entrada del recinto, ya que se rumoreaba que un grupo estaba dispuesto a salir del cuartel para investigan quién había dado la orden de desarmar a los irlandeses, ya que era un peligro tenerles armados.

La Sra. Gaffney, esposa del Cónsul General de los EEUU en Munich, junto con algunos amigos americanos, habían enviado a los hombres de la brigada irlandesa un generoso regalo de Navidad.

Cada soldado de la brigada recibió una bolsa de satén de color verde atada con colores irlandeses y alemanes de ambos países., dentro de la bolsa había: tabaco, cigarrillos y chocolate junto otras cosas, además de un pequeño sobre, el cual  contiene un marco de plata.

Los partidos de futbol entre irlandeses y alemanes fueron tranquilos, si bien es cierto que el pique entre ambos bandos hizo que alguna vez afloraran las tensiones, como el partido celebrado el 1 de enero de 1916 contra el regimiento de Brandemburgo.

Hubo después del partido un certamen musical, tras el cual ambos bandos bebieron en exceso. Posiblemente lo que en un principio fueron baladronadas sin importancia, se tomaron con el exceso de alcohol en francas provocaciones., así que poco tardaron los puños en hacer acto de presencia entre los soldados.

El resultado fue que Keogh, uno de los suboficiales de la brigada irlandesa tuvo que disparar un revólver al el techo de la estancia donde se celebraba la fiesta para calmar la pelea. El comandante del campo de prisioneros donde estaba el cuartel de la brigada, confinó a los irlandeses y a los Brandemburgueses a sus respectivos cuarteles durante dos semanas, como consecuencia del altercado.

En el invierno de 1916, ya se tiene constancia de que los miembros de la brigada irlandesa recibían entrenamiento en el manejo de ametralladoras, si bien es cierto que no se sabía que destino que les depararía tal entrenamiento.

Casement hizo un balance poco halagüeño sobre sus dos años en Alemania., los esfuerzos por aumentar los voluntarios en la brigada irlandesa caían en saco roto y los alemanes no le tomaban muy en serio, así que finalmente decidió volver a Irlanda para entregar a los independentistas irlandeses el armamento obtenido del Alto Mando alemán.

El alzamiento de Pascua en Irlanda por los nacionalistas irlandeses, era un asunto que a Casement interesaba muchísimo., de hecho, planeaba enviar a Irlanda suministros con la ayuda de los alemanes.

Las asperezas entre el mando alemán y Casement aumentaron las vísperas del alzamiento de Pascual., Casement quería un suministro de armas para los rebeldes irlandeses generoso, pero los alemanes no estaban por la labor.

De hecho, los alemanes no querían ni facilitar un submarino para enviar a Casement a Irlanda., finalmente, se pudo enviar 20.000 rifles, junto con 10 ametralladoras y 5.000.000 cartuchos, (aunque inicialmente se habían prometido 200.000 rifles).

Finalmente el Almirantazgo Alemán cambió de opinión, facilitando un submarino para que Casement marchara rumbo a Irlanda., aunque no es menos cierto que los alemanes ya estaban empezando a cansarse del asunto irlandés y de que de buena gana hubieran enviado también a la brigada irlandesa con él, si no fuera por la oposición de Casement, el cual opinaba que los miembros de la brigada no estaban lo suficientemente preparados para jugar un papel importante en la rebelión que se avecinaba.

A Casement en el submarino alemán“U-19” le acompañaron dos hombres de su máxima confianza, el oficial al mando de la brigada,  teniente Robert Monteith y  el sargento mayor Daniel Bailey, pero gracias a Dios, la brigada irlandesa tuvo suerte de no acompañar a Casement en la travesía, ya que la inteligencia británica estaba al tanto de los movimientos de Casement.


Los británicos actuaron con presteza., el barco alemán que las transportaba las armas alemanas a Irlanda, (el “Libau”) fue interceptado en su camino con su valioso cargamento, a pesar de ir camuflado el navío como un barco noruego de nombre “Aud Norge”.

Luego el propio Casement sellaría su suerte y la de sus acompañantes, tras desembarcar en Irlanda, en la playa de Banna, sita en la bahía de Tralee (Condado de Kerry), Casament fue descubierto en el fuerte de McKenna, en la localidad de Rathoneen, donde fue arrestado por policías irlandeses y posteriormente acusado de traición, sabotaje y espionaje contra la Corona británica., al poco, fue fusilado en agosto de 1916.

El oficial Monteith audazmente pudo eludir a sus perseguidores, embarcando clandestinamente a Nueva York en diciembre de 1916., no tuvo tanta suerte el suboficial Bailey, el cual fue arrestado. En el juicio contra Casement, ayudó mucho a la acusación el propio sargento Bailey, el cual tuvo mucho miedo de perder la vida por traición, por lo que detalló sucintamente las actividades de reclutamiento de Casement en Alemania.

La captura de Casement sentó al alto mando alemán como un mazazo., a partir de entonces, el panorama para los miembros de la brigada irlandesa se presentaba muy sombrío respecto a las autoridades alemanas.

Doblemente sombrío si se tiene en cuenta también a las autoridades británicas, ya que si los miembros de la brigada eran capturados por los aliados, sobre ellos pesaba una orden de detención y posterior ejecución por traición a la Corona Británica.

Los miembros de la brigada ya no tenían ningún interés tanto propagandístico como militar para los alemanes, por lo que no tardaron en actuar contra ellos. Dos semanas después de la captura de Casement, fue suspendido el curso de ametralladoras que los miembros de la brigada irlandesa estaban efectuando.

Las 12 ametralladoras instaladas en su cuartel fueron retiradas, y los instructores de la Guardia de los Granaderos prusianos que les estaban instruyendo, fueron enviados de regreso a su unidad en Spandau, Berlín.

Casement en las vísperas de su partida a Irlanda había mostrado mucha preocupación por el destina de la brigada en Alemania., había comentado que," Creo que la mejor cosa que se podía hacer por los miembros de la brigada si algo falla, es ponerlos en alguna ocupación útil en Alemania hasta que la guerra haya terminado, y luego enviarlos a Estados Unidos”.

Tras los desgraciados sucesos, el destino de la brigada irlandesa lo asumió el Sargento Mayor y segundo al mando, Michael McKeogh. Este suboficial fue un fiel colaborador de Casement durante la estancia de este en Alemania, así como su lugarteniente.

McKeogh siguió como jefe la Brigada cuando ésta se trasladó a la localidad de Danzig, en la zona Oriental de Alemania, cercana con Polonia. La estancia de la brigada irlandesa en Danzing fue poco menos que grata.

En Danzig fueron múltiples las discusiones con sus guardias alemanes, ya que si no eran oficialmente prisioneros propiamente dichos, poco faltaba para ello. Como cierta medida de cortesía, las autoridades alemanas concedieron a los suboficiales de la brigada, usar armas blancas y cinturones militares si los hombres iban debidamente uniformados.

 Pero pronto los irlandeses sintieron el poco peso que tenían ya propagandísticamente y como su sueño se había evaporado para siempre. La mayoría de ellos con graduación de soldados rasos, salieron a trabajar en granjas o negocios varios en los alrededores de la localidad de Dirschau y otras cercanas a orillas del mar Báltico, todas pertenecientes a la zona de Danzing.

Mientras que en Danzig 12 de los hombres de la brigada, hartos de su destino, solicitaron  ser reclasificados como los prisioneros de guerra normales, el resto de sus componentes desapareció silenciosamente de la historia, sin que nadie alguna vez se escribiera epitafio alguno sobre ellos.

De julio de 1916 hasta el final de la guerra en noviembre de 1918, parecen haber tenido los miembros de la brigada irlandesa la suerte misma suerte de los otros prisioneros británicos, trabajando en fábricas y granjas alemanas, todo sin incidentes mayores en su haber.

En 1917, el mismo encargado de la brigada, el suboficial McKeogh, se incorporó al 2 º Batallón de la Guardia de Baviera y luchó en el frente Occidental. Siendo licenciado del ejército alemán en 1919.

Hay un libro que podría arrojar un poco de luz sobre los miembros de la brigada, los hijos de McKeogh honrando su memoria,  escribieron un libro basado en los papeles e informes recopilados por el sargento primero sobre su estancia en Alemania.

El libro se titula “Papers of Michael McKeogh” y se lanzó el 15 de julio del 2010.


Los miembros de la brigada irlandesa, pertenecían a las siguientes unidades británicas:

20 hombres del Royal Irish Regiment

9 hombres del 2nd Connaught Rangers

5 hombres del Royal Dublin Fusiliers

5 hombres del Leinster Regiment

3 hombres del Royal Irish Rifles

3 hombres del South Lancashire Regiment

2 hombres del Irish Guards

2 hombres de la Royal Artillery

1 hombre de la Royal Irish Fusiliers

1 hombres de la Royal Munster Fusiliers

1 hombre de la Royal Inniskillings

1 hombre del South Irish Horse

1 hombre del Somerset Light Infantry

1 hombre del Bedfordshire Regiment

1 hombre del South Staffordshires

56 hombres en total.


Autor del texto : eljoines / Mundohistoria.


Bibliografía:

-          http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/casement.htm.

-          http://www.bbc.co.uk/history/british/britain_wwone/casement_01.shtml.

-          http://www.northantrim.com/rogercasement.htm.

-          http://www13.knowledgres.com/00011987/LimburgUnDerLahn.

-          http://innisfree1916.wordpress.com/2008/08/12/roger-casement-ii-un-conspirador-republicano-irlandes/.

-          http://irishvolunteers.org/.

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